Con el paso del tiempo hemos apostado por la producción de bolsas en material biodegradable o compostable, puesto que estamos comprometidos con el cuidado del medioambiente y la corriente eco-friendly que no debería de ser una moda o reivindicación sino algo que todos tuviéramos muy presente.Uno de los productos más demandados en la actualidad por la necesidad de seguridad y protección que tenemos, son las bolsas hidrosolubles, indispensables para el mercado hospitalario, geriátricos y centros de salud, debido a la pandemia del COVID-19. En el caso de los comercios, disponemos de diferentes modelos y tipologías que son personalizables a partir de ciertas cantidades y que, en muchas ocasiones, están disponibles en stock. Nuestro equipo de asesores, estarán encantados de solventar cualquier tipo de duda que os pueda surgir en referencia a las bolsas que fabricamos en Coplasem para poder orientaros en cuanto a cuáles son las idóneas para el uso y necesidades que tengáis en vuestra empresa o negocio.

Preguntas frecuentes

Antes de comprar cualquier bolsa lo primero que hay que tener claro es el uso que se le va a dar. No es cuestión de desperdiciar dinero en una bolsa gruesa cuando lo que realmente se necesita es una bolsa más fina o más pequeña y, por tanto, desperdiciar material extra.

Puedes necesitar una bolsa fuerte y resistente a los desgarros, o puede ser que lo que necesites es que pueda estirarse bajo una gran carga. Este factor determinará el grosor. Por ejemplo, si vas a comprar una bolsa de basura para la cocina y vas a meter en ella los cartones de leche, las sobras... un grosor de 40 micras te servirá perfectamente. Sin embargo si necesita una bolsa que pueda soportar pinchazos y desgarros de yeso, vidrios rotos, clavos, pinturas viejas... la cosa cambia, y es más adecuado una bolsa de 75 o 100 micras o incluso más gruesa.

Otro factor a considerar es el color. Las bolsas se pueden comprar en un arco iris de colores. Las blancas son una opción común porque se mezclan muy bien con su entorno y no son intrusivas. Las bolsas negras ayudan a ocultar lo que hay en la bolsa. Pero es importante tener en cuenta la entidad de marca para reforzar nuestro mensaje y poder adecuar la bolsa a nuestra marca.

Para ayudarte a encontrar la bolsa perfecta vamos a explicar los distintos materiales y cómo se fabrican, así como las distintas tipologías de cierre y sus asas. Haremos un inciso en sus características ecológicas y las ventajas de usar materiales poco contaminantes en su fabricación.

Se trata de un material flexible, ligero y asequible. Para miles de millones de personas las bolsas de plástico son una forma eficiente y barata de transportar mercancías.

Fabricación de bolsas de plástico

La mayoría de las bolsas de plástico de un solo uso están hechas de unas pocas cadenas estructurales de la molécula de polietileno. Este polietileno se obtiene del petróleo refinado o del gas natural craqueado. Este petróleo, o gas, se sobrecalienta, y presuriza, para aislar las cadenas de polietileno puro que pueden combinarse (polimerizarse) y así formar gránulos de resina de plástico puro.

Para comenzar el proceso de fabricación, conocido como extrusión de la película de plástico, los gránulos de plástico de HDPE, LDPE o LLPDE en bruto se vuelven a sobrecalentar y presurizar para formar un líquido fundido uniforme, al que se bombea aire desde abajo, produciendo un largo y delgado globo de película de plástico flexible que pasa por un pasillo vertical alto.

Esta "burbuja" de plástico se enfría mientras se expande hacia arriba, y múltiples rodillos estiraran el plástico en finas láminas que formarán las paredes de la bolsa. A continuación, estas láminas se enrollan en dos partes planas separadas y se envían a la máquina de impresión. Las dos hojas impresas se presionan en los bordes para formar los lados de la bolsa. El plástico se puede enrollar y luego cortar con la forma y el tamaño deseados, en función del diseño de la bolsa.

Si el producto es una bolsa de supermercado, por ejemplo, se aplicarán diferentes cantidades de calor y presión para crear gránulos de resina de plástico de diferentes densidades. Suelen estar hechas de un plástico de alta densidad (HDPE) que tiene una mayor resistencia a la tracción en comparación con las películas de plástico que están hechas de plástico de baja densidad (LDPE o LLDPE). Vamos a explicar un poco más sus características:

  • Polietileno de alta densidad (HDPE) Opacidad moderada, propensión a arrugarse, un mayor grado de resistencia que otras películas de plástico y una falta de capacidad de estiramiento. Se rompen con facilidad, pero debido a su resistencia, son muy adecuadas para su uso como bolsas de supermercado o cojines de aire para el embalaje, por ejemplo.
  • Polietileno de media densidad (MDPE) Menos opacas que el polietileno de alta densidad, pero no tan claras como el polietileno de baja densidad. Generalmente no se estiran bien y no se asocian con un alto grado de resistencia. Se utiliza en los envases de consumo para productos de papel, como el papel higiénico.
  • Polietileno de baja densidad (LDPE) Se utiliza para fabricar bolsas con propiedades de estiramiento y resistencia moderadas. Tiene un alto grado de claridad y se utilizan comúnmente en los envases de consumo como bolsas para el pan de molde.
  • Polietileno lineal de baja densidad (LLDPE) Ligeramente más fino y se caracteriza por su consistencia elástica. Estas películas suelen ser pegajosas y presentan un grado moderado de claridad. Generalmente se utiliza para la fabricación de bolsas finas.

La primera bolsa de tipo plástico se creó a mediados del siglo XIX, pero utilizando celulosa orgánica procedente del almidón. Y aunque se denomine plástico, por su similitud en acabado y uso, su composición no es la misma. Se parte de la base de celulosa procedentes de cereales como trigo o mazorcas de maíz, de la caña de azúcar o de tubérculos como las patatas o la juca, en lugar de una fuente de carbono de origen fósil. Se fabrica mediante la fermentación en moléculas que, al calentarse y mezclarse con aditivos como la glicerina, forman láminas. Estas láminas pueden calentarse y moldearse del mismo modo que las bolsas de plástico convencionales. El compostaje Es una forma estupenda de reducir los residuos de alimentos y la contribución a las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero ¿qué es el compost? sencillamente materia orgánica descompuesta. Cuando mezclas un montón de estos elementos en una pila de compost, se descomponen de forma natural y se convierten en un fertilizante rico en nutrientes.

Se puede compostar cualquier resto de verdura o fruta, pero también pan duro y cereales. Los posos y filtros de café, las hojas de té, las hierbas, las especias y los frutos secos. Pero no se pueden compostar los productos animales. Ni carne, pescado, mantequilla, yogur, queso, ni tampoco leche.

Cuando la comida de tu basura va a un vertedero, emite metano, un gas de efecto invernadero que contribuye al cambio climático. El compostaje es una forma de minimizar esas emisiones de metano. Pero además, como el compost se utiliza como fertilizante, reduce la necesidad de opciones químicas. Según la EPA, el compost también es capaz de capturar y eliminar el 99,6% de los compuestos orgánicos volátiles, o COV, del aire. Estos vapores y gases pueden tener un impacto nocivo en la salud, con efectos secundarios que van desde las náuseas hasta la irritación de la garganta. Los estudios demuestran además que el compost puede contribuir a la retención de carbono, porque cuando se aplica al suelo, el compost funciona como un "sumidero de carbono", atrapando y conteniendo el elemento en la tierra. Y si el carbono está en el suelo, no está en nuestra atmósfera.

Algunas ciudades recogen el compost a través de los servicios de basura y reciclaje, en un contenedor designado. Y para este uso están pensadas las bolsas compostables, ya que se degradan de modo natural y pueden formar parte del proceso del compostaje.

Las bolsas hidrosolubles son de un material similar al plástico que se disuelve eficazmente en el agua, sin residuos perjudiciales. Las tendencias de los consumidores están cambiando y nuestra concienciación medioambiental es cada vez mayor.

Se están desarrollando más alternativas al plástico para que las empresas de todos los tamaños puedan tenerlas en cuenta. Se convierte en una opción ideal para las marcas que buscan reducir su dependencia de los envases de plástico. Un envase hidrosoluble significa que puede disolverse en agua fría y en agua caliente (como mínimo a 60º). Están fabricadas con un material de base biológica que es sostenible y respetuoso con el planeta.

El principal ingrediente de este material de base biológica es el alcohol polivinílico, o PVA para abreviar, que es un polímero sintético creado sin metales tóxicos pesados perjudiciales para el planeta. Además, es inholoro, biodegradable y, como ya hemos dicho, soluble en agua. Al igual que la envoltura que se encuentra en una pastilla para lavavajillas o para la lavadora, el envase se disuelve al entrar en contacto con el agua caliente.

Las primeras telas no tejidas comenzaron a utilizarse en la industria manufacturera en 1942 con la entretela. La entretela es el tejido que se encuentra en el interior de las costuras de las camisas y otras partes de prendas de ropa. Se utiliza para aportar una mayor resistencia y estructura.

Las telas no tejidas no contienen hebras entrelazadas, pero tienen una estructura interna organizada. El fieltro es uno de los ejemplos más comunes de tela no tejida. Se fabrica agitando fibras en una solución hasta que se entrelazan formando un tejido denso.

Se fabrican colocando fibras juntas y, a continuación, se utiliza un material cohesivo para combinarlas y crear un material similar a un tejido. Estos son los principales métodos utilizados para la unión de fibras:

  • La unión mecánica: enredo de fibras.
  • La unión química: las fibras se unen con compuestos parecidos al pegamento.
  • La unión térmica: se usa el calor para fundir las fibras entre sí.

Las telas no tejidas son más ligeras y frágiles que las telas tejidas o de punto. La mayoría de los TST se utilizan para una aplicación de un solo uso. Tienen una gran versatilidad y bajos costes de producción. Además su producción es realmente rápida.

Tiene una gran variedad de texturas, y su peso oscila entre 15 hasta 1000 gramos el metro. Esto significa que hay opciones para todo tipo de necesidades. Las telas resultantes no tienen mucho en común, aparte de ser clasificadas como no tejidas. Depende de la selección de las fibras, el encolado y las técnicas de acabado, por lo que los resultados son muy variados. Se fabrican con distintos grados de resistencia, suavidad, absorción y capacidad de filtración.

Las telas no tejidas se utilizan ampliamente en diferentes industrias. Para crear bolsas ecológicas, batas quirúrgicas, ropa de aislamiento y protección, ropa de trabajo industrial, trajes de defensa química, mascarillas...

Aunque el inventor de la bolsa de papel se ha perdido en el olvido, la invención del diseño de fondo cuadrado de la bolsa está documentada en 1870 y su autoría corresponde a Luther Childs Crowell de Wellfleet en Estados Unidos. Pero fue Francis Wolle, maestro de escuela estadounidense, quien inventó la primera máquina para producir en masa estas bolsas ya en la década de 1850. Wolle y su hermano patentaron la máquina y fundaron la Union Paper Bag Company.

Las bolsas se fabrican a partir de pulpa de papel, que se prensa en hojas planas o rollos de papel. Estos rollos de papel se cortan a medida, estas hojas cortadas se doblan y los dos lados abiertos paralelos se pegan. Así se obtiene una sencilla bolsa plana de papel.

Para hacer un diseño de fondo plano más complejo, como las bolsas planas con fuelle, se sigue un proceso similar. Sólo que hay pliegues más complejos en la parte inferior de la bolsa, de modo que la bolsa terminada es cuadrada u oblonga con la parte superior abierta. Y para las bolsas con asas, las asas separadas se fijan con cola adhesiva.

Las bolsas marrones estándar se fabrican con papel Kraft, pero se pueden hacer con todo tipo de papel y en cualquier color. Las bolsas kraft también pueden fabricarse con papel laminado, el cual tiene un revestimiento de plástico en el interior para proteger la bolsa de la humedad de los productos que contiene o para mantener la humedad fuera.

También pueden diseñarse en cualquier color y con cualquier gramaje de papel kraft (normalmente 60 g/m2) y se presentan en una gran variedad de tamaños. Las bolsas de papel son una forma barata, fácil y sostenible de almacenar y entregar todo tipo de objetos, siempre que no estén mojados o sean muy pesados. Además se pueden personalizar tanto en colores como con los logotipos.

A continuación se presenta una rápida introducción a los tipos de cierre de bolsas y asas, para que pueda escoger la más adecuada a sus necesidades.

Bolsas autocierre (cierre hermético) o también llamadas bolsas de cierre a presión o cierre Zip. Son muy comunes y populares, se sella la bolsa sencillamente presionando con los dedos para un cierre seguro. Permite abrirlas y cerrarlas constantemente.

Bolsas con cierre deslizante o de cremallera. Este cierre es muy similar al anterior, pero en vez de presionar se utiliza un mecanismo deslizante unido a la apertura de la bolsa. Son especialmente fáciles de utilizar con las manos enguantadas. Se utilizan habitualmente en el transporte y almacenamiento general de alimentos.

Bolsas con cierre de solapa y cinta adhesiva. La solapa de un lado de la bolsa tiene una cinta adhesiva que cuando se dobla en el otro lado, cierra. Las bolsas Courier se caracterizan por su opacidad y su cierre auto-adhesivo de seguridad.

Bolsas con cierre de cordón. Muy fácil de atar y dejar cerrada la bolsa, tan solo con tirar del cordón y hacer un nudo.

Bolsas con asa camiseta. Denominadas así por su parecido razonable a una camiseta de tirantes. Suelen tener una solapa en la parte superior con un agujero centrado para poder colgarse.

Bolsas con asa troquelada. Se crea una bolsa perforada para facilitar el desgarro. Son el tipo de bolsa que encontramos en las tiendas de comestibles. También hacen referencia a aquellas que el asa se hace mediante una perforación, no es añadida a la bolsa sino que forma parte de ella.

Bolsas con asa lazo. Su asa está soldada en el interior, lo que la convierte en muy cómoda para transportar y muy reutilizable dada su resistencia. Bolsas con asa rígida. Su asa también está soldada a la bolsa, la diferencia con la anterior es que esta asa es más rígida, por lo que no se arruga.

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